Los fertilizantes fosfatados son esenciales para la producción agrícola, ya que promueven el crecimiento de los cultivos y mejoran tanto el rendimiento como la calidad, garantizando así la seguridad alimentaria. En el contexto del crecimiento de la población mundial, un suministro estable de fertilizantes fosfatados desempeña un papel fundamental para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial.

Brasil es un país importador de fertilizantes fosfatados, y alrededor del 80% del consumo local se cubre con productos importados, principalmente de países como Marruecos, Rusia, China y Egipto. En 2024, China siguió limitando la expansión de su capacidad de producción y la producción, lo que provocó una escasez sostenida en las importaciones de Brasil provenientes de China.